En la Isla podrá disfrutar de observar la avifauna marina, y terrestre, además de nadar en las cristalinas aguas que la rodean y visitar algunos lugares con atractivo arqueológico
Reserva Biológica Isla del Caño
Debe su nombre al marino español Juan de Castañeda que la visitó en 1519. Bautizándola así ante la presencia de una cascada que se que se desempeña por los acantilados.
La altura máxima en ella es de 110 m.s.n.m.
Su origen es dado por la colisión entre las placas de Cocos y caribe, y de acuerdo a algunos estudios, la isla emerge unos 10m cada 1000 años.
Actividades
En la Isla podrá disfrutar de observar la avifauna marina, y terrestre, además de nadar en las cristalinas aguas que la rodean y visitar algunos lugares con atractivo arqueológico, pero quizás la mejor razón para visitar la Isla es para practicar el Buceo, éste es uno de los mejores lugares en América para Bucear. Si desea más información, visite la sección de actividades.
Flora y Fauna
A pesar de su proximidad al continente, la isla apenas alberga unas 160 especies de plantas superiores y helechos, destacan el vaco, el hule, el cacao silvestre, el higuerón y el guapinol; abundan los bejucos y las epifitas; entre estas últimas son muy llamativos
los fidentros, especie vegetal de grandes hojas que será muy familiar para el viajero pues en nuestro medio es muy utilizada como planta ornamental.
El vaco también es conocido como el árbol de la leche por el blanco látex que exuda y que puede beberse; algunos ejemplares llegan hasta los 50 m. Tiene semillas grandes comestibles muy apetecidas en tierra firme por roedores, loros y zainos. La presencia en la isla del caño de un bosque casi puro de esta especie hace pensar que los indígenas lo cultivaron aquí para proteger así sus frutos de los citados animales.
Hay 13 especies de aves terrestres y algunas marinas; tales como el gavilán cangrejero, el águila pescadora, los piqueros morenos, los pelícanos pardos, las fragatas.
La escasa fauna insular se ve engrosada por tres especies de mamíferos: un murciélago, el zorro de cuatro ojos, y el tepezcuinte; este último fue introducido.
Las serpientes son relativamente abundantes pero, si exceptuamos la serpiente de mar, no hay reptiles venenosos en la isla del caño; hay sabaneras, boas y bejuquillas, iguanas, lagartijas, ranitas y basiliscos abundan por doquier.
Los insectos están poco representados y existen 7 especies de peces en agua dulce.
Navegando hacia la isla es posible detectar la presencia del pez vela, varias especies de delfines, el chacalote y, con mucha suerte, algún ejemplar de la ballena piloto o la ballena jorobada, esta última una especie en vías de extinción.
En las aguas próximas a la isla abundaban en otros tiempos las langostas; hoy en día, por culpa de la enorme depredación a que han sido sometidas apenas se encuentran algunas docenas de ejemplares.
Arqueología
La presencia de tumbas, esferas de piedra y ofrendas de oro y cerámica, hizo pensar que la Isla únicamente fue utilizada por los indígenas precolombinos como santuario funerario para personajes de relevancia. No obstante el hallazgo de cerámica de uso doméstico y artefactos utilizados en la agricultura, sugiere que posiblemente también fuera habitada en forma permanente.
Visita
El clima de la isla es muy húmedo y caluroso; una moderada estación seca se desarrolla entre enero y abril, siendo la mejor época para la visita. Lo más común es realizar la excursión desde Dominical, la Estación Biológica Marenco, o los albergues situados en Bahía Drake.
También es posible alquilar una barca en la localidad de Sierpe. Se desembarca a pie mojado en una playa de unos 400 m, donde se ubican las instalaciones del Servicio de Parques Nacionales; un retén de guarda parques, que se releva periódicamente, vive aquí de forma permanente, comunicándose por radio con la estación San Pedrillo en el Parque Nacional Corcovado. Esta playa es apta para el baño y el buceo en los arrecifes cercanos. Los guarda parques ceden gentilmente una ducha de agua dulce captada del cristalino arroyo que desemboca junto a las casas.
Una red de senderos permite recorrer a pie gran parte de la isla contemplando la vegetación, la escasa fauna, algunos restos arqueológicos (esferas de piedra y fragmentos de cerámica) y asomándose a algunos puntos panorámicos.
Durante la marea baja es posible recorrer algunos trayectos de la costa caminando por las playas y por una plataforma rocosa que rodea buena parle de la isla; en esta plataforma se forman charcas de marea que permiten observar una variada fauna; además de peces, abundan las estrellas, cangrejos, guitones o cucarachas de mar, erizos y moluscos, tales como las lapas, y los llamados "cascos de muía".
Conviene asegurarse de la hora de subida de las mareas, pues la plataforma queda con marea alta bajo el nivel de las aguas y algunas playas desaparecen; además, casi todo el reborde de la isla está formado por escarpados acantilados de hasta 70 m de alto. Si uno se despista, puede verse metido en un buen aprieto. Es aconsejable avisar a los guarda parques que se va a caminar por la costa y preguntarles cuáles son los sectores más seguros.
Previa solicitud al Servicio de Parques Nacionales es posible acampar en la isla, aunque no existen instalaciones adecuadas para ello.
Extensión : 300 ha. terrestres y 5.800 ha. Marinas.
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Características
- Ciudad
- Bahia Drake
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